Donar alimentos, evitar el desperdicio
El rescate, y la donación, de alimentos constituyen una acción de trascendencia social, económica y ambiental en tanto:
colabora en satisfacer las necesidades alimentarias de la población más vulnerable;
contribuye a prevenir la pérdida y el desperdicio de alimentos en las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha;
favorece un uso más eficiente de los recursos ya invertidos en la producción y comercialización de esos productos (agua, suelo, combustible, energía y otros)
permite reducir la cantidad de descartes innecesarios de alimentos comestibles que genera la actividad productiva.
Existen cinco canales básicos de rescate de alimentos: el campo, los mercados concentradores o de abasto, las industrias alimentarias, las grandes cadenas de supermercados y el sector de HORECA (hoteles, restaurantes y catering).
En Argentina se ha estimado que se descartan alrededor de 16 millones de toneladas de alimentos por año, o sea un 12,5% de lo que se produce. Eso implicaría, aproximadamente unos 362 kilos per cápita al año.
Por lo cual, la reducción de este fenómeno se presenta como fundamental para contribuir con la seguridad alimentaria y reducir la huella medioambiental de los sistemas agroalimentarios.
Una acción muy importante hacia la prevención de las pérdidas y los desperdicios de alimentos y la sostenibilidad del sistema agroalimentario.
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