Nutrición y Educación Alimentaria
La contaminación de un alimento puede producirse en cualquier momento de la cadena alimentaria; desde la producción primaria, su elaboración a nivel industrial, hasta cuando se prepara la comida en el hogar.
De acuerdo a estadísticas elaboradas por el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedades Transmitidas por Alimentos: El 40% de los brotes de Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA) reportados en la Argentina ocurren en el hogar.
Debido a ello, es necesario adoptar medidas que ayuden a prevenir la contaminación por diversas sustancias con el fin de reducir el riesgo de padecer una ETA.
Habitualmente, el síndrome es causado por la bacteria Escherichia coli, que produce una toxina virulenta en el intestino cuando se ingieren alimentos contaminados.
La enfermedad afecta principalmente a los riñones y puede dejar secuelas para toda la vida, como insuficiencia renal crónica, hipertensión arterial, trastornos en la coagulación de la sangre y alteraciones neurológicas. Sus consecuencias pueden ser mortales en niños menores de 5 años.
El síntoma más frecuente es diarrea, aunque también puede causar fiebre, convulsiones e hipertensión, entre otros problemas. La carne mal cocida, la leche no pasteurizada y el agua contaminada son las principales vías de contagio. Por eso, en la campaña se recomienda cocinar completamente la carne, mantener separados los productos crudos de los cocidos, lavar siempre los alimentos con agua potable y preservarlos en la heladera a menos de 5 grados, cuidando de que no pierdan la cadena de frío.