A la vista deben ser tiernas, de tamaño homogéneo, liso y brillante. Las legumbres arrugadas o picadas por insectos pueden haber estado mal almacenadas.
En general las legumbres secas son alimentos perecederos, ya que como su nombre lo indica tienen un bajo porcentaje de agua en su composición. Es por ello que se mantienen en óptimas condiciones aproximadamente un año, pero se aconseja consumirlas antes de los 8 ó 9 meses, ya que con el transcurso del tiempo disminuyen sus características organolépticas y exigen mayor tiempo de cocción. Para su conservación es conveniente mantenerla en un lugar fresco, seco, protegido de la humedad, de la luz directa y de los insectos. Por este motivo, es aconsejable guardarlas en recipientes con cierres herméticos. En el caso de comprarlas envasadas, es preferible mantenerlas en su propio envase, respetando las condiciones que indica el elaborador. En caso de que se adquieran enlatadas, es importante observar la fecha de consumo preferente y la ausencia de golpes o abolladuras. Si, por el contrario, se adquieren a granel, es importante tener en cuenta que los granos estén limpios, sanos, enteros y que presenten un color y tamaño uniforme. Las legumbres secas, una vez cocidas, se deben conservar en la heladera preferentemente en un recipiente cerrado herméticamente aproximadamente 14 días o se pueden colocar en el freezer para prolongar su vida útil.