El encuentro se da en el marco del Plan Nacional de Reducción de Pérdidas y Desperdicio de Alimentos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca.
El jueves 3 de Octubre, el Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca (MAGyP) fue sede del segundo encuentro del Programa Piloto Desperdicio Cero, organizado junto con GS1 Argentina, Consumer Good Forum(CGF) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), destinado a trabajar colaborativamente, analizar métodos y procedimientos que posibiliten reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos en la industria elaboradora de alimentos y en la comercialización minorista de productos.
La iniciativa tiene por finalidad implementar una metodología de medición de desperdicio de alimentos, con una periodicidad definida, de modo que posibilite detectar puntos críticos, identificar descartes que resultan comunes entre empresas y, en la medida que se implementen estrategias de reducción, ir verificando la evolución del proceso con un enfoque preventivo y proactivo.
La apertura de la jornada la coordinaron: Roxana Saravia, Gerente de Soluciones de Trazabilidad y Gobierno de GS1 Latam; Elizabeth Kleiman, oficial de Seguridad Alimentaria de FAO Argentina; Erika Rodríguez, representante de CGF en Latinoamérica y Pablo Moron, Director de Gestión de Proyectos Agroalimentarios del Ministerio; quién dio la bienvenida a los invitados.
Participaron representantes del sector retail -ASU, Carrefour, Cencosud, La Anonima y Waltmart-, como de la industria -Unilever, Aguas Danone Argentina, Bimbo, Danone, Mastellone hnos, Molinos Rio del Plata, Nestlé y Mondelez Argentina-, y otras organizaciones relevantes –CAME, Banco de Alimentos y IAE-.
Este segundo encuentro se concentró en brindar capacitación en las metodologías disponibles a nivel internacional y regional, y en construcción de conocimiento a partir de las experiencias de otros países, así como un espacio de intercambio de buenas prácticas propias de las empresas en Argentina.
Se destacó la importancia de trabajar entre diversos sectores para establecer pautas de acción claras y avanzar todos en una misma dirección, que permita poner en funcionamiento las prácticas necesarias para lograr la reducción de pérdidas y desperdicio de alimentos a lo largo los diversos eslabones de la cadena alimentaria. Cabe subrayar que el programa que se inicia se traduce en una triple victoria por su potencial impacto a nivel social, ambiental y económico.
La propuesta pretende expandirse a otras compañías en la región de América Latina y proyectar un programa de capacitación con pequeñas y medianas empresas.
El horizonte es la reducción de desperdicio de alimentos a la mitad para el año 2030 tal como se promueve en la meta 12.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sin embargo, es preciso destacar que no sólo se emprende un camino de reducción del desperdicio de alimentos, sino que implica un mayor diálogo entre los actores de las cadenas alimentarias, que habilita a procesos de coordinación, intercambio de buenas prácticas y el involucramiento de los consumidores como agentes de cambio.