18/09/2019

Construcción de capacidades y mejores estadísticas para la toma de decisiones en la región

Argentina participó del Curso regional de capacitación sobre medición de Pérdidas post-cosecha para América Latina y el Caribe organizado por la FAO.

Los días 16 y 17 de septiembre de 2019, en la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana, el Plan Nacional de Reducción de Pérdidas y Desperdicio de Alimentos estuvo presente en el taller especialmente dedicado al Índice Global de Pérdidas de Alimentos (GFLI, por sus siglas en inglés).

 

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) convocó a representantes de los países de América Latina y el Caribe para participar del taller en el que se buscó desarrollar habilidades para producir datos, aplicar métodos apropiados para producir estadísticas e indicadores de pérdidas, interpretar y utilizar estos para monitorear el progreso en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS).

Este indicador, conocido como índice 12.3.1, fue construido por la FAO a los fines del reporte y monitoreo de la meta 12.3 de los ODS, y se enfoca en las pérdidas post-cosecha que ocurren desde la producción hasta (y sin incluir) el nivel minorista. El índice mide los cambios en las pérdidas porcentuales para una canasta de 10 productos principales por país en comparación con una línea base.

 

Con esta premisa, las dos jornadas se dedicaron a exponer la metodología de construcción y monitoreo; así como se ensayaron posibles aplicaciones en base a la información disponible en los niveles nacionales sobre las cadenas de agroalimentos prioritarias o relevantes desde el punto de vista económico y social. Además la FAO buscó identificar obstáculos de su aplicación y desafíos en materia estadística y de relevamiento de datos para así poder entender mejor las necesidades de capacitación y de cooperación por parte de los países.

 

Cabe mencionar que el Plan Nacional ha desarrollado un proyecto de cooperación técnica con la FAO a los fines de identificar potenciales fuentes de datos estadísticos sobre pérdidas y desperdicios para 7 cadenas agroalimentarias de relevancia para Argentina. En particular, el proyecto resultó en un informe sobre existencia, disponibilidad y calidad de información necesaria para encaminarse hacia la cuantificación de pérdidas y desperdicios.

 

Tal como lo expresa la FAO en sus informes: “A pesar de los esfuerzo y la mayor atención al problema, los datos de pérdidas y desperdicios de alimentos son muy escasos en todo el mundo. Cuando los datos están disponibles, a menudo van acompañados de grandes incertidumbres. En este contexto, existe una clara necesidad de desarrollar, probar y proporcionar orientación sobre metodologías apropiadas para la medición de las pérdidas de alimentos.

 

Un poco de historia

Las pérdidas de alimentos cubren todas las pérdidas a lo largo de la cadena de suministro para todas las utilizaciones (alimentos, piensos, semillas, industrial, otros), hasta el nivel minorista / consumo, pero sin incluirlo.

Históricamente, los estudios de evaluación de pérdidas se han asociado a programas de reducción o prevención de pérdidas. La Séptima Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, reunida en 1975, estableció el objetivo de reducir las Pérdidas Post-Cosecha (PHL, por sus siglas en inglés) en un 50 por ciento para 1985. En 1976, la FAO formuló un Programa de Acción Especial que identificó tres limitaciones principales para la prevención de PHL en el desarrollo países.

 

Los primeros datos sobre el Índice de pérdida de alimentos (FLI)

Las nuevas cifras de pérdidas de alimentos publicadas por la FAO en el SOFA 2019 indican que a nivel mundial, en términos de valor económico, alrededor del 14% de los alimentos producidos se pierden en el trayecto que va desde la pos cosecha hasta el nivel minorista.

Por su parte, en América Latina y el Caribe se estima en un 11,6% la pérdida de alimentos, referida a la cantidad física perdida para diferentes productos dividida por la cantidad producida.

Cabe aclarar que en esta novedosa estimación se utiliza una ponderación económica para agregar porcentajes a nivel regional o por grupo de productos, de modo que los alimentos de mayor valor tienen más peso en la estimación de pérdidas que los de menor valor.