Subsidios y barreras no arancelarias

Comercio, pero no tan libre

Restricciones y cupos, barreras no arancelarias y subsidios, son algunas de los mecanismos que utiliza la Unión Europea para proteger su mercado interno. Cómo y cuánto afectan nuestra producción agroalimentaria es el tema de este ilustrativo informe que sintetiza los conceptos más importantes de un estudio realizado sobre el particular por la Comisión Nacional de Comercio Exterior.

Desde sus comienzos, la Unión Europea (UE) ha desarrollado acciones dirigidas a proteger su mercado interno, simultáneas con una política agresiva en materia de exportaciones.

Los aranceles a la importación son uno de los instrumentos de esa estrategia proteccionista. Aunque en la mayoría de los países desarrollados el nivel arancelario disminuyó en los últimos años, la UE mantiene un sistema de preferencias bilaterales y un mayor grado de arancelamiento para productos de alto valor agregado. Además, incorporó un conjunto de restricciones, cupos y requerimientos que pueden responder a exigencias de salud y seguridad, o bien directamente a una intención de dificultar el acceso a su mercado. Estas medidas constituyen las llamadas "barreras no arancelarias".

Otra importante medida proteccionista de la UE es la implementación de subsidios que se emplean principalmente en el sector agropecuario a través de la denominada Política Agrícola Común (PAC). Se trata de medidas que afectan al comercio internacional porque promueven la producción interna del bloque perjudicando posibles importaciones. Además, generan excedentes que desplazan de terceros mercados a otros países más competitivos. Como resultado adicional se produce una reducción de los precios internacionales agrícolas.

La aplicación de esta política, durante años, creó los excedentes necesarios para convertir a la UE en uno de los exportadores mundiales de alimentos más importantes. Por ejemplo, en trigo y harina, lácteos y carne bovina, las exportaciones subsidiadas representan entre el 80% y el 100% del total de las ventas externas del bloque en esos rubros.


Barreras no arancelarias

Las barreras no arancelarias se definen como las "leyes, regulaciones, políticas o prácticas de un país que restringen el acceso de productos importados a su mercado". Por ende, incluyen tanto normas legales como procedimientos administrativos no basados en medidas explícitas, sino en directivas informales de instituciones y gobiernos.

Los cupos establecen la cantidad máxima del producto a ser importada con un arancel determinado. Por encima de ese volumen, se deben abonar tasas mucho más altas que, en algunos casos, se transforman en virtuales prohibiciones a la importación

Existen cupos generales que se negocian en el GATT a los cuales todos los países tienen acceso, y cupos bilaterales que otorgan preferencias a ciertas naciones.

Cuando un producto tiene asignada una cuota acordada en el marco del GATT y otro bilateral, el segundo tiene aranceles más bajos, creando así una preferencia adicional para el país en cuestión.

Además, la UE se reserva el derecho de aplicar salvaguardias especiales a ciertos productos agropecuarios, cuando el volumen de importaciones alcanza un nivel establecido como crítico. En estos casos, las importaciones adicionales deben abonar derechos aduaneros complementarios.

Otra barrera utilizada es la "vigilancia a las importaciones" que actúa controlando permanentemente las cantidades ingresadas al bloque. Es una medida que tiene un efecto inhibitorio sobre las importaciones, dada la incertidumbre que genera a los exportadores la amenaza de aplicación en el futuro de medidas restrictivas. El mecanismo de vigilancia se emplea fundamentalmente en productos agropecuarios, textiles y manufacturas de hierro y acero.

La "Política Agrícola Común" establece diferentes mecanismos de protección del mercado interno. Un ejemplo es el "Sistema de Precios de Entrada", que afecta a distintos productos agrícolas y establece un precio mínimo por debajo del cual la mercadería importada debe pagar derechos adicionales con el objetivo de igualarlos a los mencionados precios internos.

Las "salvaguardias por precios" y los "precios de referencia" actúan de la misma manera que los "precios de entrada". Son medidas que permiten al mercado agropecuario europeo independizarse de las fluctuaciones internacionales de precios, protegiendo así los ingresos del productor interno.

En cuanto al efecto de las barreras no arancelarias, los productos primarios y las manufacturas de origen agropecuario (MOA) son los más afectados por las mismas. En 1998, el 27% de las exportaciones del complejo agroalimentario argentino se destinó a la UE. A su vez y dada la alta protección con que cuentan estos rubros, el 94% de las manufacturas de origen agropecuario (MOA) y el 83% de los productos primarios colocados en el bloque están afectados por barreras no arancelarias.


Subsidios

La PAC de la UE establece y regula el sistema de subsidios. Sus medidas son implementadas por las Organizaciones Comunes de Mercado (OCM) y financiadas por medio del Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agrícola (FEOGA).

Creada en 1962, la PAC contempla las siguientes acciones:

  • Reembolsos a las exportaciones a terceros países.

  • Fondos de intervención para estabilizar los mercados.

  • Financiamiento de las medidas con el objeto de cumplir con los objetivos de la PAC.

A principios de 1992, antes de su reforma, el 70% de los cereales, carnes y lácteos se beneficiaba con precios de garantía, subsidios a las exportaciones y protección de las importaciones. El 20% de las hortalizas y huevos era protegido contra la importación de terceros. Además, el 2,5% de la producción agropecuaria obtenía ayuda directa que cubría la diferencia entre los precios internos y los internacionales y el 0,5% recibía aportes directos sobre las superficies sembradas.

La reforma de la PAC de 1992 implicó una drástica reducción de los precios de garantía para aproximarlos a los precios del mercado mundial y la compensación al agricultor por la caída de ingresos que suponía dicha reducción. El monto del subsidio al productor por hectárea está en función de los rendimientos históricos, o sea, es independiente del nivel de producción actual.

A partir de 1992, si bien la estrategia siguió centrada en los mecanismos de apoyo a los precios o "precios administrados", fue creciendo la importancia de los pagos directos. Las políticas de sostén de precios se combinan con cuotas de producción y pagos por sacar tierras de la explotación:

  • En cereales se combinan los pagos directos basados en rendimientos históricos y condicionados al retiro de una proporción de las tierras bajo cultivo.

  • Las oloeaginosas no cuentan con precios administrados.

  • Los lácteos y el azúcar además de precios administrados y cuotas de producción, se benefician con protección a las importaciones y restituciones.

  • El sistema de apoyo a la carne bovina incluye precios administrados, compras de importación, pagos directos basados en rodeos de referencia y sujetos a límites de ocupación de las tierras, junto con protección en frontera y subsidios a la exportación.

  • La carne ovina goza de precios administrados y tarifas de importación.

Las diversas disposiciones que regulan el otorgamiento de "subsidios-restituciones a las exportaciones" establecen que su objetivo es "compensar las diferencias entre los precios comunitarios" y las "cotizaciones en el mercado mundial" para hacer posible su colocación externa. Los productos elaborados no pueden recibir una restitución mayor que la que le correspondería a la exportación de la materia prima.

Si bien los montos de los subsidios no varían de acuerdo al origen de los productos dentro de la UE, pueden presentar modificaciones en función del destino "cuando la situación del mercado mundial o las necesidades específicas de determinados países lo justifiquen".


Barreras no arancelarias y subsidios de algunos productos

1.- Carnes

El 60 % de las exportaciones de carnes argentinas se destinan a la UE. Las dos terceras partes del volumen colocado corresponden a carne bovina deshuesada.

Todas las posiciones arancelarias del rubro carnes están afectadas por barreras no arancelarias, y más de la mitad por las modalidades más restrictivas (cupos). El 85% de las importaciones de carnes de la UE se realiza a través de estas posiciones.

Para la Argentina las barreras más importantes en materia de carnes son las cuotas otorgadas a los distintos países, ya que los aranceles aplicados a las cantidades que exceden el volumen de la cuota son extremadamente elevados.

Nuestro país está incluido en la Cuota Hilton, habiéndosele asignado 28.000 toneladas anuales, y en la Cuota Bilan con un cupo de 50.700 toneladas anuales. Ambas cuotas tienen aranceles del orden del 20% dentro del cupo y del 104% fuera del mismo. Además la Argentina tiene la posibilidad de participar de un cupo general para carne vacuna de 53.000 toneladas en total.

Para las carnes ovinas y caprinas Argentina tiene asignadas 23.000 toneladas. Adicionalmente, tanto para estas carnes como para la carne de pollo puede participar de los cupos generales otorgados por la UE.

Otro tipo de "barrera no arancelaria" que afecta a las importaciones de carnes son los requisitos relativos al etiquetado y embalaje, tratamiento de productos y certificados sanitarios.

La UE tiene un sistema de subsidios para el almacenamiento y la compra de los excedentes de carne bovina producida en el bloque. El esquema se pone en marcha cuando el precio de los cortes regulados es menor a cierto porcentaje del precio de intervención fijado anualmente. Esta ayuda fue creciendo a lo largo de los años; mientras que en el período 1986-1988 era de 12.061 millones de dólares, durante 1996-1998 ascendió a 21.483 millones. En cambio, la tendencia fue decreciente en carnes porcinas: de 2.543 millones de dólares en el bienio 1986-1988 a 862 millones de dólares entre 1996-1998.

La industria avícola es también objeto de ayudas internas indirectas, ya que se subsidia el alimento balanceado, que representa el 70% del competir con Argentina costo de producción. En términos absolutos, la ayuda pasó de 1594 millones de dólares en el período 1986-1988, a 1695 millones en el período 1996-1998.

Adicionalmente, todas las carnes reciben ayuda en forma de restitución a la exportación, aunque los montos han disminuido en los últimos años. Aún así, estas ayudas permiten al bloque europeo en terceros mercados.

2.- Pescados

La UE constituye el principal mercado de exportación del pescado argentino, representando el 54 % de las ventas externas. La tercera parte de las colocaciones nacionales en ese destino está constituida por camarones, langostinos y gambas.

Todas las posiciones relacionadas con el comercio de pescado están afectadas por restricciones no arancelarias; el 57%, por las más limitantes.

La importación de pescados en la UE se realiza, fundamentalmente a través de contingentes arancelarios. Argentina tiene la posibilidad de participar en un cupo general, negociado en el ámbito del GATT, sin disponer de una asignación específica. Sin embargo, es necesaria la autorización de la UE para poder exportar productos de mar a esa región, condición que nuestro país posee. Adicionalmente, el bloque ha negociado distintos cupos bilaterales, siendo Noruega el país más favorecido.

También se aplican barreras no arancelarias a las compras de pescado por medio de certificaciones y requerimientos sanitarios que incluyen desde condiciones de captura y transporte hasta la inspección de los establecimientos de producción y comercialización.

3.- Frutas

Nuestro país destina el 52% del total de las exportaciones de frutas al mercado de la UE. La oferta de Argentina se concentra casi exclusivamente en naranjas, limones, manzanas y peras.

Todas las posiciones arancelarias relacionadas con estas frutas se ven afectadas por alguna medida proteccionista y en un 80% del tipo más restrictivo.

Las barreras no arancelarias más importantes son los cupos y los "precios de entrada". Existen cupos generales negociados en el GATT, sin asignación de volúmenes en forma específica a un país, y otros distribuidos a través de acuerdos bilaterales. Los "precios de entrada" afectan especialmente las exportaciones argentinas de limones, manzanas y peras. Además, por tratarse de productos de oferta estacional, a las medidas proteccionistas ya mencionadas se suman los aranceles estacionales.

Las exportaciones argentinas de cítricos con destino al mencionado bloque están afectadas por una barrera fitosanitaria por no contar aún con el status sanitario de país libre de cancro cítrico, salvo la zona del Noroeste, es decir, la Mesopotamia. El Noreste Argentino, importante región productora, figura así entre las zonas excluidas.

Los subsidios a las frutas en el marco interno del bloque europeo adquieren distintas modalidades como, por ejemplo, ayudas a través del sostenimiento de precios para manzanas; regímenes de intervención y apoyo al almacenamiento para higos y pasas de uvas; aportes por hectárea sembrada para pasas de uvas, e incentivos a la transformación del producto. Adicionalmente, las frutas frescas y procesadas se ven favorecidas por restituciones a la exportación que, al igual que para los demás productos, se están reduciendo desde 1995.

4.- Cereales

Sólo el 6% del total de las ventas externas argentinas de cereales se destinan a la UE, tratándose casi en su totalidad de maíz. La existencia de barreras no arancelarias y de fuertes subsidios constituye el motivo fundamental que limita las colocaciones nacionales en ese mercado.

El 99% del total de posiciones referidas a cereales están afectadas por barreras no arancelarias del tipo más restrictivo y por ese medio el bloque adquiere la totalidad del producto. En su mayor parte, las barreras son contingentes arancelarios bilaterales, de los cuales la Argentina no participa.

Adicionalmente, se establecen prohibiciones a ciertas semillas de maíz genéticamente modificadas y requisitos relativos al etiquetado "ecológico", que garanticen que el proceso de producción respeta los parámetros de cuidado del medio ambiente.

Las ayudas internas para la producción de trigo aumentaron de 9.663 millones de dólares para el período 1986-1988, a 12.553 millones para el lapso 1996-1998. Por el lado de las restituciones a la exportación al trigo y harina de trigo, los montos comprometidos por la UE se fueron reduciendo, pasando de los 2.423 millones de dólares en 1995, a 1.771 millones en 1998, esperando llegar a los 1.336 millones en el año 2000.

Residuos de Industrias Alimenticias y Alimentos Preparados para Animales

El 59% de las ventas externas argentinas de estos productos industriales se destinan a la UE. El 85% del volumen colocado en ese destino corresponde a residuos provenientes de la extracción del aceite de soja.

La totalidad de las posiciones arancelarias del rubro están afectadas por barreras no arancelarias, y el 42% por las más restrictivas. Sin embargo, sólo el 11% de las importaciones del bloque se canaliza a través de estas posiciones, existiendo cupos, que son tanto de carácter general como bilateral.

Además hay barreras fitosanitarias, relacionadas con la identificación de los productos elaborados a partir de soja y maíz modificados genéticamente y con el nivel de residuos químicos

Frutos y Semillas Oleaginosas

El 54% del total nacional exportado se destina al mercado de la UE y casi la mitad de este volumen corresponde a granos de soja.

Todas las posiciones arancelarias referidas a estos productos se ven afectadas por barreras arancelarias, aunque sólo el 34% con las del tipo más restrictivo. Algunas están relacionadas con exigencias de identificación, certificación y etiquetado de la soja modificada genéticamente y de alimentos que la utilizan como insumo. Esto afecta particularmente a la Argentina, que tiene una importante producción de soja transgénica.

Vinos

La Argentina destina el 20% de las ventas externas de vinos al mercado de la UE.

Del total de posiciones relacionadas con bebidas alcohólicas, el 70% está sujeto a algún tipo de barrera no arancelaria y casi la totalidad de las mismas responden a las del tipo más restrictivo.

Además el 86% de las compras de bebidas alcohólicas del bloque se realiza por medio de estas posiciones arancelarias. Existen contingentes arancelarios distribuidos entre los países a través de acuerdos bilaterales, aranceles estacionales y precios de entrada. A su vez, para la importación de estos productos se requieren licencias de importación no automáticas. Dentro de las barreras no restrictivas se destacan las relativas a la identificación del origen de la mercadería.

La UE otorga una ayuda interna o subsidio a los vinos de mesa: todos los años se fija para cada tipo de vino un precio de intervención para asegurar un determinado ingreso a los productores. La ayuda puede darse a través de compras para sostener el almacenamiento de las bodegas privadas o la destilación, o para cubrir la diferencia de costos entre la sucrosa y el mosto, a favor de la primera como insumo de la producción. Dicha ayuda interna ha venido decreciendo a través de los años: durante 1986-1988 el valor monetario anual de estas transferencias fue de 35.271 millones de dólares, mientras que entre 1996-1998 fue de 31.836 millones. Las retribuciones a la exportación de bebidas alcohólicas también fueron decreciendo a lo largo del tiempo.

Lic. Econ. Gustavo Rodríguez Vázquez


Dirección de Industria Alimentaria

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