Articulación en la agroindustria LA HORA DE LOS CONTRATOS |
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Como consecuencia de la alta especificidad de los activos y de la necesidad de lograr mayor flexibilidad en la cadena agroindustrial, en los últimos años la coordinación contractual entre empresas ha desplazado paulatinamente los mecanismos de integración vertical. Los contratos se perfilan como el instrumento legal más acorde para la reorganización de la producción y la comercialización de alimentos. Informe sobre el tema. |
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La coordinación vertical es un mecanismo de organización de la producción y la comercialización que se emplea con el objetivo de disminuir y repartir riesgos y costos de transacción, permitiendo a las empresas ejercer algún tipo de control sobre otros eslabones de su cadena agroindustrial. De este modo, las firmas pueden ejercer influencia en factores tales como el precio, la cantidad, la calidad y la modalidad de intercambio. La coordinación vertical presenta distintas formas de relación entre empresas diferenciándose, fundamentalmente, por el grado de apropiación de activos y la centralización de las decisiones. Las más importantes son la integración vertical y la coordinación contractual. Más contratos y menos integración vertical En la industria alimentaria se está registrando una mayor oferta de productos con características específicas, están apareciendo los mercados de nichos y se otorga cada vez más importancia a la calidad. En este marco, y con una gran demanda de insumos altamente especializados, se expande sostenidamente la modalidad de coordinación vertical entre los distintos segmentos de las cadenas agroalimentarias. El rápido desarrollo tecnológico y la globalización de los mercados dieron lugar a la aparición de nuevas funciones dentro de la empresa. A su vez, la especialización del trabajo genera una mayor dependencia entre las firmas, haciéndose necesario emplear formas de coordinación que garanticen la flexibilidad en toda la cadena productiva. Así, los contratos se perfilaron como el instrumento legal más acorde para la reorganización de la producción y la comercialización de alimentos. Factores a coordinar Los factores que un contrato debe coordinar se relacionan con los puntos críticos para cada una de las partes. Los más importantes son el precio, la cantidad, la calidad, la distancia a la planta industrial y el momento de entrega en relación a la estacionalidad y perecibilidad de la oferta. El precio y las partes Con referencia al precio, lo más usual es que las partes utilicen como base de la negociación un "precio de referencia o fijo" factible de ser modificado si las variaciones del mercado ocasionan el incumplimiento por cualquiera de las partes. En la Argentina, se pueden citar algunos ejemplos:
Si bien el precio variable no ayuda a reducir la incertidumbre y los costos de la transacción, esta desventaja es menor a la que deriva el posible incumplimiento del contrato. Beneficios y peligros Entre los beneficios que este esquema de articulación depara para el sistema agroalimentario pueden citarse:
En el platillo de los riesgos –o amenazas, si se decide usar un término más severo- cabe consignar el hecho de que en países con grandes avances en la utilización de mecanismos de coordinación vertical, como por ejemplo los Estados Unidos e Italia, se registra una consolidación de la industria y el desarrollo de nuevas barreras de entrada. El control sobre las materias primas y sobre los canales de distribución puede provocar distorsiones en el mercado y generar la aparición de situaciones monopólicas que perjudican al consumidor. El caso argentino Para deterrminar cuál es la situación de nuestro país con respecto a este tema, fueron estudiados varios tipos de contratos de diversas actividades agroindustriales, realizándose además entrevistas a empresarios del sector. Los productos analizados son trigo candeal, cebada cervecera, tomate para industria y hortalizas para congelado. En todos los casos la industria ofrece financiamiento al productor, servicio técnico y flete. Estos beneficios se instrumentan eficientemente y el valor percibido por parte de los productores es muy alto. Los contratos presentan las siguientes pautas en común:
Las variantes en cada caso son: En el caso del
trigo candeal el asesoramiento
técnico está financiado por la industria y lo realizan técnicos del
INTA (Chacra Barrow), aunque también las empresas brindan asesoramiento
a pedido del productor. Casos de coordinación vertical en otros países Estados Unidos Al igual que en la Argentina, la coordinación vertical se encuentra muy difundida en la industria aviar, y se realiza mediante contratos de producción entre el granjero y el industrial. En Estados Unidos, además, esta modalidad se utiliza ampliamente en la industria porcina. En este sector, los pequeños productores y la industria se relacionan por medio de contratos de producción. Los grandes productores –integrados- y las plantas procesadoras más importantes, lo hacen vía contratos de comercialización. Canadá Como
ejemplo de contrato de productos perecederos se describe el caso de la
articulación en la producción de berries: Italia En
Italia, es interesante analizar cómo se negocian los términos del
contrato, en el caso de papa para industria:
Ing. Agr. Andrea Pantanelli Bibliografía "Vertical
Coordination in the pork and broiler industry. Implications for pork and
chiken products"; USDA Economic Research Service, Steve Martinez,
abril 1999. |
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