José Leo Kuhlmann es misionero, como la yerba, y además no le teme a los cambios. Vendió su empresa de transportes para instalar una planta de producción de edulcorante a base de kaá heé, un cultivo casi desconocido. Envió muestras a Europa. Japón le quiere comprar toda la producción. Su emprendimiento puede cambiar la economía regional y generar empleo para 500 colonos. Alimentos Argentinos viajó a Oberá, en el corazón de la selva misionera, para conocer cómo y por qué este inquieto empresario decidió jugarse entero a un producto que podría modificar el mercado de los edulcorantes.

El kaá heé es una planta medicinal, también llamada yerba dulce, científicamente conocida como "Stevia Rebaudiana Bertoni". De sus hojas se extrae el "steviosido y rebausido A" con el que se produce un edulcorante natural, 350 veces más dulce que el azúcar de caña o la sacarosa. La conocí en uno de mis viajes al Paraguay, yo antes tenía una empresa de transportes internacionales, me interesé y averigüé más datos. No sólo me interesaron sus propiedades, sino que también estudié su cultivo.

Es hipoglucémica, cardiotónica, antiácida, reductora de la obesidad. También protege el esmalte dental, reduce la presión arterial y combate el colesterol. Además, se utiliza en tratamientos dermatológicos.

Al principio, vendía la hoja a Japón y los EE.UU. pero me parecía una picardía no industrializar un producto originario de la zona, así que tomé contacto con un ingeniero del INTA Castelar que realizó diversos estudios. Luego, monté una planta piloto donde se procesaron 120 kg. para muestras.

A la Unión Europea, que tras comprobar la calidad del producto se constituyó en el primer comprador. Ni bien la fábrica esté en funcionamiento, vendrán a verificar el proceso de producción especialistas de España, Francia, Italia e Inglaterra para después hacer los pedidos. Además, Gran Bretaña la incluyó en el manual de la Royal Pharmaceutical Society of Great Britain, que edita 20 mil ejemplares que se distribuyen en los principales mercados europeos. Estados Unidos, por su parte, lo aprobó como producto medicinal.

Es una empresa netamente familiar. Hace más de 30 años que nos dedicamos a la agricultura y la forestación; por eso nos interesaba iniciarnos en la agroindustria. Tenemos 1000 hectáreas en Barra Bonita, a 50 km. de Oberá, y destinamos 200 al cultivo de kaá heé.

Es plena selva, con un microclima especial, entre dos barreras naturales que forman el río Uruguay y el arroyo Acaraguá. El manejo del cultivo no incluye agroquímicos, por lo que el producto obtenido es completamente natural, ecológico.

Está calculado en 4000 kg. anuales por hectárea cultivada.

Los precios internacionales de la materia prima se rigen de acuerdo al grado de pureza. El precio de la hoja seca es de $2/kg., mientras que el de la yerba común es de $100 la hectárea. Saque cuentas.

Está ubicada en un predio de 10 hectáreas, en Oberá. La construcción se demoró por las inclemencias del tiempo, pero ya está prácticamente terminada, falta un 20%. A fin de año esperamos estar trabajando a pleno. Los técnicos ya capacitaron al personal. Aparte, estamos instalando cinco viveros con una superficie total de 2.500 m² para proporcionar mudas a los colonos de la zona, nucleados en cooperativas, quienes también recibirán ayuda para la compra de máquinas para la siembra y la cosecha.

No. Es el primero en nuestro país y el segundo en Sudamérica. El hecho de que 500 colonos produzcan y provean la materia prima tendrá un efecto multiplicador de trabajo porque harán falta obreros para el cultivo, limpieza, cosecha, transporte, etc. Es una tarea que requiere mucha mano de obra, una dedicación artesanal.

Visité China y Brasil para conocer la tecnología que aplican, también me asesoré con técnicos suecos y africanos. La mayor parte del equipamiento es de procedencia nacional, por lo que se importa lo estrictamente necesario.

Países de la Unión Europea, EE.UU., China, Australia y especialmente Japón, que a pesar de tener 32 fábricas no da abasto para satisfacer su mercado interno.

A muy baja escala, Brasil, que tampoco alcanza a satisfacer la demanda interna. También Japón, China y Corea del Sur.

Si bien venderemos en el exterior el 90%, nos interesa mucho el mercado interno por lo que, en principio, estimamos destinarle el 10% del producto elaborado. Con el tiempo podremos aumentar este porcentaje si el mercado lo requiere.

Creemos que sí, pero no sólo para la empresa sino para la provincia, ya que la elaboración de edulcorantes a partir del kaá heé puede convertirse en una importante fuente de ingresos para Misiones, con efectos sobre la ocupación de mano de obra local. Esta perspectiva se enmarca en un comercio mundial de edulcorantes en expansión permanente, con un marcado aumento de la demanda de productos dietéticos y naturales, todo lo cual representa una importante oportunidad para la economía regional.