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Contrariamente a lo que se supone, muchas de las dificultades para el desarrollo exportador de la Argentina no son las que generalmente se declaman: trabas arancelarias, proteccionistas, etc. Son problemas que tienen que ver con la tecnología, la calidad, el abastecimiento y la eficiencia para obtener ventajas competitivas genuinas y sustentables. No obstante, en las PyMEs argentinas comienza a vislumbrarse una cultura exportadora. Así, en algunos sectores se observa una mejora en el acceso a mercados antes inabordables, producto, entre otras cuestiones, de los resultados alcanzados en numerosas negociaciones internacionales y de una mayor conciencia sobre la necesidad de cumplir con reglas claras y perdurables. La SAGPyA acompaña este proceso con acciones que apuntan a:
En esta línea, la Subsecretaría de Política Agropecuaria y Alimentos organiza y ejecuta actividades orientadas a mejorar la calidad, propiciar la diferenciación de alimentos, y promover la diversificación de productos. Se suman a esto esfuerzos dirigidos a informar sobre cómo lograr certificaciones, y mejorar el posicionamiento internacional de los productos alimenticios nacionales, como es el caso concreto del sello “Alimentos Argentinos, una elección natural”. Todas estas acciones son necesarias para ayudar a lograr una efectiva inserción de las empresas en el comercio exterior. Una herramienta que facilita el desempeño de las PyMEs es la información acerca de las gestiones y trámites que es necesario realizar a la hora de iniciar un proceso exportador. Por esta razón, se encaró la elaboración de “guías prácticas para exportar”, explicadas cadena por cadena. Ya se encuentra disponible la que está orientada hacia la carne porcina, que se suma a las ya elaboradas de conservas de fruta, lácteos y carne aviar. La carne de cerdo y sus derivados son un alimento universal, sin embargo todavía subsisten ciertos mitos, especialmente los relativos a su contenido graso. No obstante, hoy se sabe que la carne de cerdo es más parecida a las blancas que a las rojas. Es muy nutritiva y posee un alto coeficiente de digestibilidad, que llega al 92%. Además, su riqueza en aminoácidos hace que sea un excelente componente de la dieta. Con el paso del tiempo la forma de cuidar y producir esta carne ha cambiado mucho. Actualmente, la carne de cerdo tiene ventajas por el mejoramiento genético y por el manejo que se realiza con los animales, por lo que ha ido perdiendo la grasa que tenía antes. Hoy en día las buenas prácticas de producción mantienen a los ejemplares aislados, fuera del alcance de desechos y alimentados sólo con granos. El control de peso a que son sometidos reduce sus contenidos grasos, por lo que los cerdos son mucho más magros que hace treinta años. De hecho, el consumo de carne de cerdo está enormemente extendido y es un alimento muy preciado en todo el mundo. Media Europa consume carne de cerdo y por lo tanto la UE es uno de los mercados potenciales importante para nuestros productos. Pero exportar a ese mercado requiere ciertas condiciones, por ejemplo, que los productos sean procesados en establecimientos con habilitación comunitaria. Por su parte, la carne fresca porcina que se utilice como materia prima debe respetar las exigencias zoosanitarias comunitarias y haber sido obtenida en un establecimiento habilitado por la Comunidad para carne fresca. El primer obstáculo es que actualmente Argentina no tiene establecimientos habilitados por la UE para carne fresca de cerdo, ya sea por falta de conocimiento y/o de oportunidades comerciales de las empresas argentinas. Esto hace que no se haya logrado hasta el momento, desde el punto de vista zoosanitario, una equivalencia y zonificación que posibilite exportar desde determinadas regiones del país. El segundo obstáculo es que, dada la situación zoosanitaria de Argentina para las enfermedades susceptibles del cerdo, principalmente la fiebre aftosa, sólo pueden exportarse como productos a base de carne de cerdo, aquéllos que han sido calentados al menos a 80 ºC. Esta restricción de temperatura limita la variedad de oferta de dichos productos. Además de las exigencias de sanidad animal mencionadas, todos los alimentos destinados al consumo humano que se comercializan en la UE deben respetar requisitos comunitarios generales relativos a contaminantes, aditivos, residuos de pesticidas, higiene, materiales con los que entra en contacto el alimento (envases), temperaturas para el caso de congelados, etc. Estos obstáculos pueden y deberían sortearse, lo que constituye un desafío interesante para el sector, pues es posible desarrollar ventajas comparativas y sumarle la competitividad cambiaria actual. Guía para exportar carne porcina Disponible en la página www.alimentosargentinos.gov.ar, esta Guía ha sido especialmente diseñada para los empresarios del sector porcino que deseen iniciar o profundizar su actividad desarrollando un proyecto exportador. La guía brinda una minuciosa respuesta a las siguientes preguntas:
Las preguntas reciben respuestas sencillas y concretas sobre los organismos adonde se realizan los trámites. También se incluyen horarios de atención, direcciones y datos sobre los principales mercados de destino, incluyendo las exigencias que establecen esos mercados. Utilizar esta nueva herramienta de información permitirá ahorrar tiempo y esfuerzo a todos los actores de la cadena porcina que decidan abordar la actividad exportadora. |
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