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Alimentos Argentinos.... |
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Alemania es un gran productor de alimentos orgánicos y uno de los mayores importadores de estos productos. Ha sido la cuna de esta agricultura desde fines del siglo XIX, y sus investigadores crearon métodos de producción adoptados en todas las latitudes. Hoy su mercado de orgánicos es uno de los más dinámicos del mundo, y la comercialización y certificación de este tipo de productos brindan ejemplos que resulta muy interesante conocer. En los últimos años se ha incrementado el interés mundial por la agricultura que emplea sistemas alternativos relacionados con la protección del medio ambiente, la seguridad alimentaria y el cuidado de la salud, aplicándose a ésta la denominación de producción “ecológica”, “orgánica” o “biológica”. La definición de agricultura orgánica que realizó el Codex Alimentarius1 FAO2/OMS3 en 1999 caracteriza de manera precisa los principios fundamentales que deben llevarse a cabo en la producción biológica: "es un sistema global de gestión de la producción que fomenta y mejora la salud del agroecosistema, y en particular la biodiversidad, los ciclos biológicos, y la actividad biológica del suelo. Hace hincapié en el empleo de prácticas de gestión prefiriéndolas respecto al empleo de insumos externos, teniendo en cuenta que las condiciones regionales requerirán sistemas adaptados localmente. Esto se consigue empleando, siempre que sea posible, métodos culturales, biológicos y mecánicos, en contraposición al uso de materiales sintéticos, para cumplir cada función específica dentro del sistema" De acuerdo con la opinión de la FAO, pueden encontrarse diversas metodologías a seguir en la agricultura orgánica. Todas concuerdan en que el objetivo primordial de este tipo de producción es obtener alimentos de calidad superior al promedio estándar, aplicando procedimientos que respetan el medio ambiente, y procuran conservar la fertilidad y los recursos de la tierra, sin emplear productos químicos y con un adecuado manejo de prácticas agronómicas biológicas y mecánicas. El contexto mundial Más de 31 millones de hectáreas de tierras se hallan hoy bajo producción ecológica en todo el mundo. La mayor parte se encuentra en Australia/Oceanía, seguidas por Europa y América Latina. |
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Las cifras del año 2005 ubican en el primer puesto del ranking de productores biológicos a Australia, con 12.1 millones de hectáreas trabajadas con este método. Le siguen China (3.5 millones de hectáreas) y la Argentina (2.8 millones de hectáreas). Se hallan luego Italia, cuarto país del mundo y primero en la Unión Europea (UE) con 1.05 millones de hectáreas, seguida en el ámbito europeo por Alemania, España y el Reino Unido (0.7 millones de hectáreas). Resulta interesante evaluar el mercado alemán de productos orgánicos puesto que es uno de los más dinámicos del mundo. Aunque es el segundo país europeo en superficie dedicada a la producción de este tipo, se halla entre los mayores importadores de productos ecológicos. Como resultado del impacto de la crisis que provocó la BSE4 y de otros problemas ligados al tema alimenticio, en Europa se ampliaron las perspectivas del mercado biológico, puesto que se robustecieron la sensibilidad y la conciencia de los consumidores acerca de la estrecha relación entre la salud y la alimentación, incrementándose las ventas de productos orgánicos. Alemania se ha situado en estos últimos años como el país más dinámico de Europa en la comercialización de productos ecológicos. Mientras el número de establecimientos agropecuarios convencionales fue disminuyendo, de 648.803 en 1990 a 429.000 en 1999, lo que representa una contracción del 34 %, la agricultura orgánica se difundió a pasos agigantados en los últimos años, alcanzando a fines del año 2000, 12.740 establecimientos y una superficie de 546.023 hectáreas. En 2004, el país ya contaba con unas 13.700 explotaciones agrícolas biológicas, que si bien constituyen sólo un 3,3 por ciento del total de explotaciones agrícolas, suman 4.100 más que en 1999. La superficie utilizada para la agricultura orgánica también creció, pasando de 240.000 a 730.000 hectáreas5. Para el año 2005 se contabilizaban 16.476 emprendimientos biológicos en un área de 734.027 hectáreas6. Dicha superficie se encuentra primordialmente en la ex–Alemania Oriental, así como en los Estados Federales (Länder) de Baden-Württemberg y Baviera, en el sur del país. Comparadas con las de 1999/2000, estas cifras demuestran un incremento sustantivo de hectáreas sembradas y de establecimientos incorporados a la producción ecológica.
Políticas de fomento La estructura federal de Alemania brinda muchas posibilidades de sostén para apoyar la agricultura orgánica, ya que cada Estado ofrece programas para ayudar a los agricultores, variando en cada caso las exigencias para incorporarse a ellos. Las políticas públicas ecológicas abarcan a los componentes de la producción, la certificación y la comercialización7. El creciente ingreso de los consumidores, la búsqueda de un desarrollo económico sustentable y la masiva aplicación de subsidios orientaron a la formulación de la Política Agrícola Común (PAC), que desde 1980 incorporó asimismo criterios más amistosos hacia el medio ambiente. Esta política pública impactó directamente en la producción agrícola de los Estados miembros de la Unión Europea (UE) e indirectamente en los países terceros, especialmente en los aspectos de comercio exterior. A partir del año 1989 los productores alemanes de orgánicos comenzaron a disponer de beneficios a través de políticas gubernamentales tanto domésticas como de origen comunitario. En 1992 el Consejo Europeo definió normas específicas de sustento a la agricultura orgánica como método de producción agrícola compatible con la protección al medio ambiente y con la conservación del campo. Tales normas fueron sintetizadas en el Reglamento CE 2078/92, el cual establece que: “sujeto a efectos positivos sobre el medio ambiente y el paisaje, el esquema incluirá ayuda a productores que reduzcan (o eliminen) sustancialmente el uso de fertilizantes o pesticidas, o que introduzcan o continúen con métodos de producción orgánica”. En este contexto, el gobierno alemán ofrecía inicialmente soporte directo a la producción biológica a través de proyectos ambientales con el fin de optimizar las estructuras agrícolas y costeras existentes. Posteriormente, los alcances del incentivo se extendieron hacia la producción animal mediante el Reglamento CE 2092/91, que tuvo efecto a partir de enero de 1993. Dicha norma estableció parámetros para la producción y fabricación de orgánicos y de los alimentos etiquetados como tales, de manera que cualquier producto ecológico producido y comercializado en la Unión Europea debía cumplir con los estándares fijados por esta regulación8. Por su parte a nivel nacional, en 2000 Alemania creó el Plan Nacional de Agricultura y Ganadería Orgánica (2000-2008), que destinó cerca de 170 millones de euros a la promoción y desarrollo de comercios especializados en productos biológicos, considerando que existe un segmento de la población con mayor disposición a adquirir estos alimentos. De ese modo los agricultores con intenciones de reconvertirse hacia la producción orgánica recibieron otro respaldo más, dado que esto impulsó la comercialización, procesamiento y distribución de productos regionales que tenían dificultado el acceso a los centros urbanos. En otras palabras, la normativa define qué condiciones debe reunir un auténtico producto ecológico certificado, y cada país europeo es considerado responsable por ejecutar, monitorear e inspeccionar el sistema utilizado a tal fin. Las aplicaciones, supervisiones y sanciones son llevadas a cabo por comités regionales, y cada país tiene un cierto grado de libertad con respecto a la forma de interpretar la reglamentación en materia de producción orgánica y de cómo implementarla en su territorio. El consumidor alemán En la República Federal de Alemania la tendencia al consumo de productos biológicos sigue los parámetros mundiales: la preferencia de los compradores por los alimentos percibidos como más naturales y saludables. De tener un pequeño requerimiento concentrado por un grupo de interesados con especial conciencia sobre el medio ambiente, Alemania se ha convertido en un gran mercado, con creciente demanda por este tipo de productos, al igual que otros países industrializados donde las ventas crecen a una tasa del 15% al 30% anual9. A su vez, de acuerdo a información acopiada por la ZMP10, la concentración del consumo de productos orgánicos se encuentra en un 21 % en el segmento de familias compuestas por personas mayores que no realizan actividades laborales, ni tienen hijos. Otro 18 % de la población, se halla en grupos de personas mayores de 50 años. Por su parte, el 14% de los consumidores de productos biológicos son personas solteras y el 10% son grupos familiares con hijos en edad escolar. Todos ellos adquieren los bienes ecológicos esencialmente en grandes cadenas comercializadores, así como en negocios especializados. Los volúmenes de ventas más importantes (un 65%) se registran en las grandes ciudades, donde también se presenta la mayor diversificación de los bienes demandados, así como una cantidad potencial de nuevos consumidores. Entre los orgánicos más consumidos se hallan la carne y sus derivados, las frutas y hortalizas, los lácteos, panificados y huevos. Durante 2005 los consumidores alemanes destinaron a la compra de productos ecológicos el 2,2%11 de su presupuesto de alimentación, promedio que es el más elevados entre los países europeos. De acuerdo a la encuesta llevada a cabo por ZMP, el gasto en productos biológicos alcanza entre el 1 al 2% del gastos que realizan las familias en alimentos. Los factores de mayor relevancia sobre la decisión de compra son el sabor, el beneficio para la salud, y la desconfianza que provoca el uso agroquímicos en la producción convencional. Por tales razones los consumidores están dispuestos a pagar por los bienes ecológicos un precio superior al de los productos tradicionales, determinado por la gravitación de los costos de producción, certificación y distribución. Según publicaciones reconocidas, los precios de los productos orgánicos reflejan un diferencial positivo que fluctúa entre un 20 y un 40 % en comparación con los precios de bienes equivalentes tradicionales12. Es probable que la tendencia a un continuo crecimiento de los volúmenes de las ventas de orgánicos en los mercados desarrollados, y a la mayor transparencia y competitividad de los mercados, produzca a mediano plazo una disminución de la diferencia de precios entre productos orgánicos y convencionales. Comercialización y distribución La comercialización de bienes ecológicos en el mundo -y Alemania no escapa a la regla-, se lleva a cabo por medio de dos vías: distribuidores mayoristas y canales de distribución minoristas o especializados. La vía mayorista fue durante largo tiempo la principal forma de comercialización, aunque fue perdiendo posición en ese terreno debido al lugar que empezaron a captar las tiendas especializadas y otros canales de distribución directos. El gasto en productos biológicos presenta una estructura diferente según la vía de distribución y comercialización analizada. Mientras el consumidor de frutas orgánicas elige comprar en supermercados y en menor medida en tiendas naturistas, en el caso de la carne y sus derivados prefiere estos últimos, al igual que para los panificados y las hortalizas. A su vez, en el conjunto de orgánicos consumidos, las frutas presentan el 20% y las hortalizas el 21%, frente a una participación del consumo en carnes y derivados de sólo 14-17%. De acuerdo a datos del ZMP, los supermercados se presentaron en un principio como el canal de distribución más importante de productos ecológicos en Alemania, participando entre los años 1997 y 2002 con cerca del 35% del valor de las ventas de estos productos.
Según expertos, en los países donde la mayoría de los productos orgánicos son comercializados a través de supermercados, se genera un crecimiento mayor del mercado de ecológicos, lo que no sucede cuando los productos se distribuyen a través de tiendas especializadas. Esta interpretación concuerda con el desarrollo que ha tenido el mercado de biológicos en Alemania, dado que su gran expansión coincide con el mayor peso de los canales de distribución masivos (46% de participación), frente a otros, como los negocios especializados naturistas (26%). En contraste con otros países europeos, en Alemania también resultan significativas las transacciones comerciales realizadas en comercios naturistas, panaderías, carnicerías, servicios a domicilios, compras en Internet y kioscos, entre otros, cuya participación dentro del total supera el 20%. Este abanico de vías explica la preferencia creciente por el consumo, de orgánicos, ya que promueve el desarrollo de nuevos y diversos canales de distribución. De acuerdo a información conseguida en importantes puntos de venta13, se destaca la gran variedad de oferta permanente de bienes ecológicos, que incluye productos lácteos ecológicos, huevos, panificados, hortalizas y frutas y cereales. Dichos productos se alternan según el tipo de supermercado (tradicional o de descuento14), en términos de los precios, el tipo de bien, la calidad, así como de la variedad de su oferta, que es mayor en los supermercados tradicionales que en las tiendas especializadas, lo que ratifica la gravitación del supermercado como canal de distribución de este tipo de productos. Sellos biológicos La mayor parte de los países europeos desarrollaron sus propias regulaciones y logotipos para los productos ecológicos. El sello “Bio-Siegel” (sello ecológico), cuyo uso es gratuito, se basa en las directrices de la UE sobre la concesión del logotipo comunitario, así como en las directrices básicas de la International Federation of Organic Agriculture Movements (IFOAM15). La legislación alemana castiga duramente el uso fraudulento del mismo. El artículo 5° del Reglamento CE 2092/91 fija las reglas para el etiquetado de productos orgánicos. La más importante establece que el operador que quiera etiquetar un producto como orgánico, tiene que ser certificado por una organización reconocida. El Reglamento CE 331/2000 regula el uso del logotipo comunitario de productos biológicos (agricultura ecológica) con la finalidad de identificarlos, considerando aquellos de origen vegetal y animal. El logotipo de la UE se utiliza como instrumento de comercialización para los productores, favoreciendo la sensibilización de los consumidores en la misma instancia. Es de uso exclusivo en bienes que contengan como mínimo un 95% de ingredientes biológicos y que hayan superado las inspecciones durante todo el proceso de producción, preparación, elaboración, acondicionamiento y etiquetado. Otras certificaciones son las otorgadas en Alemania por más de diez empresas de control y certificadoras privadas de productores ecológicos16, que regulan y certifican sus métodos de producción, pudiéndose confirmar que alrededor del 80% de los establecimientos biológicos del país son miembros de alguna de las organizaciones alemanas de productores orgánicos. Los sellos certificadores de estas asociaciones son bien conocidos por los consumidores alemanes, especialmente los denominados Demeter, Bioland y Naturland. Algunas organizaciones como Biokreis y Ökosiegel tienen importancia regional, destacándose Gäa y Biopark en Alemania del Este. Perspectivas Considerando los elementos antes mencionados puede preverse que, siguiendo la tendencia ya instalada en Alemania, el mercado seguirá creciendo. Buscando opciones de producción e ingreso el número de oferentes se incrementará, y lo mismo sucederá con los compradores, que desean una alternativa viable frente a la producción convencional. El mercado de alimentos orgánicos certificados es pequeño, pero con una creciente participación que alcanza de 1 al 2 % del total del mercado alimentario. Probablemente el mercado global de productos orgánicos certificados continúe creciendo a tasas anuales del 10- 20 % en el futuro inmediato, esperándose que para 2010 mueva de 61.000 a 94.000 millones de dólares17. Tanto el mercado como las políticas ambientales, incrementarán la demanda y la oferta de los productos certificados de producción biológica. Asimismo, la conversión a la agricultura orgánica traerá importantes cambios respecto al uso de la tierra y en las cadenas de provisión de alimentos. La producción ecológica tiene el potencial de reducir la brecha entre productor y consumidor, así como de mejorar los mercados de alimentos locales. A su vez, los precios de los alimentos biológicos disminuirán si se altera el equilibrio entre la oferta y la demanda, aunque se espera que los mismos permanezcan siempre por encima de los productos convencionales. En este sentido se debería prestar atención tanto al desarrollo local como al de exportación, buscando promocionar ambos mercados, ya que ello ayudará a fomentar el aumento del volumen comercializado. Se espera que las compañías alimenticias multinacionales sean protagonistas importantes en la provisión de alimentos orgánicos. A medida que la agricultura mundial se globaliza, pocas y grandes compañías privadas controlan crecientemente las cadenas de provisión de alimentos en el ámbito mundial. Dichas empresas no sólo poseen el potencial para limitar la elección de los agricultores respecto del tipo de alimento que producen, sino que también influyen en las preferencias de los consumidores, por medio de campañas masivas sobre la opinión pública. Los requisitos establecidos por
la agricultura biológica darán origen a innovaciones que
podrían tener amplias derivaciones. La urgente necesidad de adherir
a elevadas normas ecológicas y sociales logrará que se produzcan
sistemas agrícolas muy adelantados respecto de las empresas orgánicas
actuales, considerando que la demanda de servicios ambientales y sociales
continuará en aumento y la agricultura orgánica podrá
contribuir a proporcionar una respuesta válida en esta dirección. Dentro de este panorama alentador, los productores locales, europeos y extra comunitarios, que logren producir bienes certificados de acuerdo a las normas y principios de la producción ecológica, encontrarán en el mercado alemán una vía plausible, en tanto y en cuanto dispongan de buena información sobre sector el mercado y sus preferencias.
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MinAgri - Buenos Aires, Republica Argentina | ||