Insectos, roedores y aves

Manejando las plagas

Las plagas no sólo conspiran contra el volumen y la calidad de la producción, sino que constituyen uno de los más importantes vectores para la propagación de enfermedades, entre ellas las que son transmitidas por los alimentos (ETAs). Controlarlas y combatirlas con éxito requiere una acción planificada que halla su mejor expresión en el Manejo Integrado de Plagas, o MIP. Informe sobre sus características y formas de implementación.

Son consideradas plagas todos aquellos animales que compiten con el hombre en la búsqueda de agua y alimentos, invadiendo los espacios en los que se desarrollan las actividades humanas. Las plagas más usuales en la industria alimentaria son los insectos (cucarachas, hormigas, gorgojos, moscas, y otros), los roedores y las aves.
En el sector agroalimentario, las plagas generan importantes pérdidas económicas vinculadas a mercaderías arruinadas, demandas judiciales originadas en alimentos contaminados por ellas o por productos mal utilizados para su control, y daños en las estructuras físicas de los establecimientos. A estos impactos económicos directos debe sumarse la pérdida de imagen de la empresa cuyos productos, afectados por plagas, llegan a comercializarse ocasionando daños y trastornos a clientes y consumidores.

Las plagas son capaces de llevar consigo agentes tales como bacterias, virus y protozoos. Estos son los auténticos responsables de un sinnúmero de afecciones, tanto en el hombre como en los animales.

Agente
Ejemplos de enfermedades asociadas
Bacterias Conjuntivitis. Diarrea infantil.Tifus. Cólera. Tuberculosis. Salmonelosis.
Virus Poliomielitis. Hepatitis.
Protozoos Amebiosis. Tripanosomiasis (Ej.: Chagas). Leishmaniasis.

Estos impactos en la salud de los consumidores y en la rentabilidad de las empresas tornan imprescindible contar con un sistema eficaz para controlar insectos, roedores y aves en los diferentes eslabones de las cadenas agroalimentarias. Para esto, se debe llevar a cabo un plan de actividades que constituyen lo que se denomina Manejo Integrado de Plagas (MIP)

El Manejo integrado de plagas (MIP)

Para garantizar la inocuidad de los alimentos, es fundamental protegerlos de la incidencia de las plagas mediante un adecuado manejo de las mismas. El MIP consiste en la utilización de todos los recursos necesarios, por medio de procedimientos operativos estandarizados, con el objeto de minimizar los peligros ocasionados por la presencia de plagas en el sector agroalimentario. A diferencia del control de plagas tradicional (sistema reactivo), el MIP es un sistema proactivo que se adelanta a la incidencia del impacto de las plagas en los procesos productivos. Por este motivo, debe ser desarrollado por personal idóneo, capacitado para tal fin y con plena conciencia de la importancia del manejo de plagas.

Como todo sistema de gestión, el MIP permite realizar tareas en forma racional, continua, preventiva y organizada para brindar una garantía de inocuidad de los alimentos, mejorar la calidad de los mismos, disminuir las pérdidas por productos afectados, y lograr un sistema de registro para mejorar de manera continua su gestión.


El MIP constituye imlica la realizxación de una serie de actividades que deben realizarse en los sectores internos y externos de las plantas (lo que incluye las zonas aledañas a las mismas, la zona de recepción de mercadería, de elaboración, el sector de empaque, depósitos y almacenes, y la zona de expedición), ejecutando las tareas necesarias para garantizar la eliminación de los sitios donde los insectos, roedores y aves puedan anidar y/o alimentarse.

Al mismo tiempo, hace falta tener en cuenta otros aspectos fundamentales donde pueden originarse problemas, como por ejemplo, los medios de transporte (desde y hacia la planta) y las instalaciones o depósitos de los proveedores. Debe recordarse que las plagas no se generan espontáneamente, sino que entran a las plantas en el interior de vehículos, junto con mercaderías, insumos u otros elementos que ingresan a las mismas.

El diseño, puesta en marcha y verificación del plan MIP debe estar acompañado de registros de cada una de las tareas que se desarrollen en los distintos sectores de la planta. Esta documentación es muy importante para verificar el tipo de operaciones realizadas, los productos utilizados y las capturas producidas en cada uno de los sectores. La disponibilidad de esta información permitirá validar el plan implementado y generar una base de consulta que permitirá introducir mejoras en el sistema.

Cómo empezar

Para lograr la implementación del plan MIP es necesario que el personal dedicado al manejo de plagas realice un diagnóstico inicial. Este consistirá en un reconocimiento del lugar y en la identificación de cada uno de los sectores, dado que el MIP es propio de cada establecimiento y debe diseñarse a la medida de las necesidades particulares de cada operatoria.


Es muy importante realizar el relevamiento de cada sector de la planta, y de las operaciones que en alli se realizan, para determinar la posibilidad de que la presencia de plagas pueda afectar negativamente la producción de alimentos.

Por esto resulta necesario:

  • Recorrer todos los sectores en los distintos turnos.
  • Dialogar con los encargados de cada sector y de cada turno.
  • Chequear las rutinas y horarios de limpieza.
  • Dialogar con el responsable del servicio técnico para registrar fechas de mantenimiento preventivo de maquinarias.
  • Dialogar con encargados de jardinería para coordinar acciones.
  • Chequear la recepción de mercaderías y qué tipo de inspección realizan en ese momento.
  • Verificar instalaciones de cada sector.
  • Verificar el entorno de la planta

El plan de actividades debe incluir las tareas que se desarrollarán dentro del establecimiento para lograr el manejo de insectos rastreros, insectos voladores y roedores, entre otros. Deben especificarse tanto las tareas programadas como las no programadas, por ejemplo:

  • Frecuencia, horarios y duración de las visitas.
  • Personal asignado para realizar las tareas.
  • Frecuencia de presentación de informes.
  • Tareas rutinarias y programadas que se realizarán para actuar en forma preventiva.
  • Tareas no rutinarias o no programadas que se realizarán para ejercer acciones correctivas.
  • Productos a utilizar en los distintos sectores.
  • Memoria descriptiva de los productos seleccionados.
  • Hojas de seguridad de los productos seleccionados.
  • Presentación de planillas y/o formularios con aclaración de su funcionamiento.
  • Registro de aplicación de productos en los distintos sectores.
  • Registro de monitoreo de insectos rastreros.
  • Registro de monitoreo de insectos voladores.
  • Registro de monitoreo de roedores.
  • Registro o informes con las medidas a adoptar ante la presencia de aves.
  • Registro o informes con las medidas a adoptar por presencia de perros y/o gatos.
  • Registro del funcionamiento de trampas de luz.
  • Registro del consumo de rodenticida en estaciones de cebado.
  • Cuadros estadísticos en los cuales se registre la evolución del plan.
  • Plan de capacitación del personal.

Tal como figura en el último punto, es sumamente importante poner en funcionamiento un programa de educación para el personal. Este programa tendrá como objetivo difundir los conocimientos referidos a las distintas plagas que podrían estar presentes en planta, la problemática y perjuicios que las mismas originan, las medidas preventivas, y por último, cómo se debe proceder ante cualquier evidencia o presencia de plagas.

El Mip en las cadenas agroalimentarias

El manejo de plagas en tambos, granjas, campos, silos y otros establecimientos englobados en la producción primaria, se halla estrechamente relacionado con la sanidad de las materias primas que se utilizan en la elaboración industrial de los alimentos. En este eslabón de la cadena agroalimentaria el MIP constituye uno de los pilares básicos de las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA).

Dentro de la industria transformadora, los canales de distribución y los consumidores intermedios, las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) son el primer escalón hacia el aseguramiento de la inocuidad de los alimentos. Buena parte de las BPM se asientan sobre procedimientos estandarizados dentro de los cuales se destaca el MIP.

La aplicación de criterios higiénico-sanitarios es primordial si se pretende asegurar la inocuidad de los alimentos mediante el análisis de riesgos. En este esquema el MIP es un prerrequisito indispensable para la implementación del sistema HACCP (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control), clave a la hora de obtener alimentos sanos y seguros para los clientes y consumidores.

Como cualquier otro sistema de gestión, la implementación exitosa de un plan MIP depende de la toma de conciencia y del trabajo coordinado por parte de todos los actores -tanto internos como externos-, involucrados en la cadena proveedor-cliente. De ahí que la educación, la prevención y la incorporación de la mejora continua en la cultura de la organización sean los principales pilares del éxito en el manejo de plagas.

 

 

Ing. Alim. Walter García.
Ing. Alim. Juan Manuel Alderete.
Ing. Alim. Claudia Teisaire.


Dirección de Industria Alimentaria - S.A.G.P. y A.

alimentos@minagri.gob.ar


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