En 2003 la exportación de confecciones de azúcar alcanzó
casi 70.000 toneladas y un valor superior a los US$ 58 millones. El sector
se caracteriza por la modernidad de sus plantas y posee un grado de competitividad
que le permite estar presente en más de cien países del
mundo. El consumo interno no tiene los niveles de los países de
mayor desarrollo, pero aunque está recuperándose de una
fuerte caída sigue siendo uno de los más altos de América
del Sur.
Con la denominación golosinas se define al numeroso grupo de productos,
generalmente dulces, que sirven más como deleite que como alimentos
nutritivos.
Las golosinas pueden ser clasificadas en dos grandes grupos:
- Confecciones de chocolate. Son las preparaciones
que emplean cacao o chocolate en su elaboración, y
- Confecciones de azúcar, donde
éste es el principal ingrediente y no emplean cacao en su elaboración.
Las formas y presentaciones que pueden adoptar las confecciones de azúcar
son virtualmente ilimitadas, aunque entre las más comunes se encuentran:
Caramelos (masticables, duros, rellenos o sin relleno), Chupetines, Chicles,
Confites y Grageas, Pastillas, Turrones y Bombones.
EL CONSUMO
- La decisión de compra de golosinas por
parte de los consumidores está motivada por el deseo de gratificación
e impulsada por la tentación. Por este motivo las empresas lanzan
al mercado en forma permanente nuevos productos con formas, colores
y packaging atractivos que mantengan la atracción de los consumidores.
Este es el motor de la amplia, variada y cambiante oferta que caracteriza
a esta actividad.
- En nuestro país no se cuenta con cifras
oficiales sobre el consumo de golosinas. Existen varias Cámaras
que si bien agrupan a los principales fabricantes de confecciones de
chocolate y de azúcar, no disponen de estadísticas de
ventas ni de producción.
- Según estimaciones privadas, el consumo
anual per cápita de golosinas es de 3,7 kilogramos. De este total,
aproximadamente el 50% corresponde a confecciones de azúcar.
Los productos más relevantes son los chicles y los caramelos,
en particular los inhalantes.
- En relación a los consumidores, hay una
clara distinción entre los niños y los adultos. Los primeros
son más demandantes de novedades. Esto hace que el ciclo de vida
de estos productos sea muy breve y que su duración esté
fuertemente ligada al apoyo publicitario y al impacto que produzcan.
Por el contrario, en los adultos la demanda es más estable y
se orienta hacia los chicles y caramelos.
- Dado que las golosinas no son alimentos básicos
de la dieta y que sólo se consumen por gratificación,
su demanda resulta elástica respecto del poder adquisitivo.
- A partir de 1991, se verificó un incremento
en la producción y consumo de golosinas. La tendencia creciente
se vio afectada en los años de crisis económica como la
producida en 1995 por el "efecto tequila" o la del 2002 con
la devaluación.
- A diferencia de las golosinas de chocolate,
cuya demanda se centra en la época invernal, el consumo de confecciones
de azúcar es relativamente estable a lo largo del año.
- El precio de los productos tiene diferente gravitación
en la decisión de compra. En algunas golosinas el consumidor
apunta a la calidad y a la imagen de marca sin considerar otras variables.
Sin embargo para la mayoría de las confecciones de azúcar
el precio resulta determinante y en algunos casos se adapta el tamaño
de la presentación a ciertos precios fijos (25 y 50 centavos
o 1 peso)
- En general la compra de golosinas es impulsiva.
Sólo una pequeña parte de las compras es planificada y
se realiza en los super e hipermercados o almacenes, principalmente
en presentaciones agrupadas.
CANALES DE VENTA
- La logística de distribución es
un factor determinante para el éxito del negocio. Esta implica,
además del transporte, un adecuado manejo de stocks y de información.
El desafío de la distribución es conseguir la presencia
de las marcas en todos los canales que comercializan golosinas. Asimismo
es necesario estar presente con todas las marcas, variedades y tamaños
de la empresa, factibles de ser colocados en cada uno de esos puntos
de venta. Esto implica, como objetivo de máxima, tener presencia
en más de 100.000 puntos de venta en todo el país.
- El canal de mayor importancia para la venta
de golosinas es el de kioscos y polirrubros. En el canal supermercadista
se venden presentaciones agrupadas de los productos de mayor consumo.
Este formato se comercializa a un precio unitario menor.
- Las empresas líderes comercializan sus
productos en todo el país mediante una distribución tanto
propia como tercerizada. Las firmas pequeñas, por su parte realizan
una comercialización regional.
- Los productos llegan a kioscos o almacenes a
través de distribuidores, pero en el caso de los supermercados
la comercialización es directa. Por este motivo, es alto el poder
negociador de los distribuidores y de los super e hipermercados frente
a las empresas productoras.
- El manejo y rotación de stocks es también
importante, particularmente en el caso de los productos que tienen una
vida útil corta y además requieren condiciones de almacenamiento
controladas para evitar su deterioro.
PRODUCCION
- A partir de 1991, la situación económica
alentó un crecimiento en el consumo de golosinas. En este período
ingresaron al mercado argentino nuevos competidores internacionales,
como Ferrero, Cadbury, Danone y Nabisco. Además se registraron
inversiones en las empresas existentes.
- En la actualidad se estima que en el sector
de golosinas operan unas 125 compañías productoras, siendo
la mayoría de ellas PyME.
- Desde el punto de vista de la oferta, el mercado
está concentrado en 5 grandes empresas. El resto se reparte en
empresas medianas que tienen presencia en un solo segmento. Específicamente
en el sector de confecciones de azúcar trabajan unas 8.800 personas.
Las PyME son las mayores demandantes de mano de obra
- Dentro de las empresas líderes es preciso
destacar el caso de Arcor. La firma de origen cordobés produce
una variedad de alimentos además de golosinas; posee 31 plantas
de las cuales 25 están en el país. Actualmente es la más
grande productora de caramelos a nivel mundial, el principal exportador
de golosinas de la Argentina y del Mercosur y la empresa líder
en ventas al exterior de caramelos desde Brasil.
- El sector de golosinas es sumamente competitivo;
son factores determinantes la imagen de marca, la diversificación
de productos, el packaging, la logística de distribución
y la estrategia de precios. Estos elementos, sumados a los requerimientos
de capital, resultan las principales barreras de entrada para potenciales
ingresantes.
- En volumen, el más importante de los
insumos empleados en la elaboración es el azúcar, que
resulta de fácil obtención. En el packaging, un insumo
crítico son los laminados, que requieren una mayor negociación
con los proveedores.
- Arcor cuenta con un ingenio propio, lo que le
permite autoabastecerse de azúcar. Además desarrolló
compañías subsidiarias que fabrican envoltorios laminados
y otros materiales de empaque. De esta manera ha integrado la producción
de gran parte de sus insumos, alcanzando un alto grado de independencia
con respecto a los proveedores.
Comercio exterior
- Las exportaciones argentinas de confecciones
de azúcar han crecido en forma sostenida desde principios de
la década del 90 hasta la actualidad. En este aspecto también
se destaca la importancia de Arcor, la principal exportadora de caramelos
del mundo. La actividad está concentrada en un grupo chico de
fuertes exportadoras que además de Arcor está conformado
por Cadbury, Georgalos y Lheritier.
- Las Pyme podrían acceder al negocio de
las ventas externas a través de una producción agrupada
o por medio de consorcios de exportación, para alcanzar una escala
adecuada y poder bajar costos.
- Otro aspecto a resaltar es la diversificación
de los mercados: las golosinas argentinas llegan a más de 110
países.
- Los siguientes cuadros resumen la evolución
de las exportaciones, sus destinos y los principales productos comercializados.
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